Este valle, que comprende todo el término del Ayuntamiento de su
nombre, compuesto de nueve parroquias principales y cuatro anejos en una
extensión de 70 kilómetros cuadrados (I), es, entrando por la parte de
La Coruña, como antesala de la comarca bergantiñana.
País
quebrado y montañoso en sus dos terceras partes, ostenta severo aspecto
cubiertas sus laderas por el tojo y los pinares, apareciendo como
impregnado de cierta tristeza, pues no ofrece a los ojos del viajero las
espléndidas galas de otros puntos de Galicia, por cuanto el arbolado
solamente abunda en determinadas feligresías y son tan humildes y de
escaso caudal sus corrientes de agua que no pueden aspirar al título de
ríos, teniendo que contentarse con la simple categoría de arroyuelos.
De
todos modos el fuerte contraste de la severidad de los lugares áridos y
selváticos con el verdor perenne de las cañadas y vallecitos que se
abren al abrigo de las altas y escarpadas montañas dan tal serenidad y
melancólica poesía al paisaje que predispone a las almas soñadoras a la
meditación y recogimiento, resultando más grata la visión de los
risueños campos de labradío y de los prados siempre verdes en medio de
aquellos ásperos parajes.
Y nótese de paso cómo
aquí la ruda belleza del país no acusa la característica femenil que
suele atribuirse por la generalidad a Galicia y que es debida a la
impresión momentánea de los que, en rápida visita a nuestra tierra por
determinados lugares, sentaron una premisa servilmente copiada por los
demás.
Asimismo, y como condición que honra y
enaltece a nuestra raza, es digno de señalarse que en todo terreno donde
el esfuerzo humano halla recompensa a su trabajo, allí vese la mano del
hombre arrancando en hondonadas y laderas o en las altas cumbres de los
montes el máximo de producción que son capaces de rendir a quienes
amorosamente las cultiva. Aquellos que se quejan de que haya grandes
extensiones incultas en nuestra región o de que en otras no se varíen
sus productos, desconocen o que son ingratas al cuidado que se las pueda
prestar o que están tan alejadas o faltas de comunicación con todo
centro consumidor que sería inútil o ruinoso su laboreo o la sustitución
de su cultivo.
Integran el valle de Arteijo tres
cañadas. Una es el riente valle que comprende las feligresías de Lañas,
Loureda y Arteijo, que forma la cañada que comienza al Oeste de Lañas
con la sierra de la Estrella, separación de Bergantiños, sigue por el
alto pico del monte "do Galo" y viene al Sur por los montes de Vilarchán
y Carboeiro, que están sobre Loureda. El último tiene 369 metros de
elevación, en su meseta, cerca de la que después se halla el lugar de
Santa Leocadia, en donde en forma de cono arranca un picacho con 100
metros más de altura desde cuya cima se ve en un día claro la parte de
caserío de La Coruña, la torre de Hércules, la Marola y acantilados de
su costa hasta la entrada de la ría de Ferrol.
Continúa la divisoria por los montes de Boedo, separación del valle de
Veiga (Culleredo), del de Arteijo y sitios al Este como Morás, Arteijo y
su castro y los de Oseiro, que cierran el valle, fertilizado por el
arroyo Bolaño, que nace de la vertiente de los montes entre Balay y
Fortesende, aldeas de Loureda y aumentando su caudal con varios regatos
atraviesa todo el valle a cuyo paisaje presta hermosura con los giros y
revueltas de su curso y pasa por el Puente de Bá, baños y lugar de
Arteijo, hasta llegar al Océano por la playa de Alba, inmediata al lugar
de Rañal (Arteijo).
Al Bolaño afluye otro
riachuelo que tiene la denominación de Caldas, y nace en Lañas, baja por
los molinos de Pedregal y sigue por el puente dos Cabalos y se le une
un poco más abajo del Puente Bá, estando ambos pasos en la carretera de
Finisterre.
Desde el paraje en el que se encuentra
el Balneario se domina este valle en gran parte de su extensión,
viéndose despejada llanura hacia el Norte, frente al Alba, cuya playa se
divisa así como el monte Castelo de Lañas, término de los Barbeito y
Angra, que separan Arteijo de Barrañán, como también se destacan
perfectamente el picacho Subica, que es cual otro centinela del valle y
el citado de Santa Leocadia.
Otra encañada es la
que se encuentra al Este de la anterior y a las faladas orientales de
los montes Penasqueira, en Arteijo, y que está compuesta por las
feligresías de Morás, Oseiro y Suevos, dominada al Sur por los montes de
Morás, y al Este de dicha parroquia por la gran elevación de 514 metros
del Xalo y el monte "das Arcas", llamado así por sus mámoas, y al Oeste
por los montes de Oseiro y el macizo pedregoso de Suevos, que forma con
su extremo septentrional la punta Langosteira.
Cruza por este valle el arroyo Rexidoiro, formado por varios regatos
procedentes de las vertientes orientales y que faldeando los montes de
Arteijo, por su ladera del E., se pierde en el mar por la playa de
Sabón, después de separar Oseiro de Arteijo.
La
tercera y última cañada es la de las feligresías de Armentón, Loureda,
Monteagudo, Sorrizo, Chamín y Barrañán, que se extiende al occidente de
la de Arteijo, teniendo a su Oeste las faldas orientales de la sierra de
la Estrella con el Monte Agudo a 300 metros de altura y regándola el
arroyo Castro que halla sus fuentes en Monteagudo, procedentes de varios
manantiales de dicha parroquia y de la de Armentón, yendo por la playa
de Barrañán en busca del Océano.
En estos
riachuelos abundan las truchas y anguilas, habiendo además otros
pequeños regatos, muchos de los cuales desaguan por varios puntos del
litoral.
La parte de costa que corresponde a este
Ayuntamiento corre de Oeste a Este desde la punta Altiña al puertecito
de Suevos, llamado también "Agra doce". Hállanse en este trayecto el
puerto de Sorrizo, que está al Este del de Cayón (Laracha) separado por
la punta Altiña, los arenales de Barrañán, Chamín, Areas grande y
pequeña de Balcobo, playa de Alba y Sabón, toda una, en la que por el
Sur de la primera entra el Bolaño y por el Norte de la segunda el
Rexidoiro, da la vuelta a la punta Langosteira y después a la península
de Suevos, llamada la Insua, hasta el punto de "Agra doce", que se
extiende por el paraje fronterizo a Nostián, que parte es de Arteijo y
parte de Oza-Coruña (2).
Los puertos de Sorrizo y
Suevos no tienen condiciones que sirvan sino para pequeñas
embarcaciones. No está formalizada aún la pesca en ellos, más que por
alguno que otro bote destinado a esa industria. En Suevos, sobre todo,
podría fomentarse en escala algo importante.
Limita el término municipal al Norte con Oza-Coruña; al Este, con
Oza-Coruña y Culleredo; al Sur, con Laracha; y al Oeste, con el mar.
Está servido por las carreteras de Coruña a Finisterre, que es del
Estado; las provinciales del Espiño (Coruña) a Morás, y la de Lañas a
Armentón y el camino vecinal que sale de Arteijo hacia Sorrizo.
Cruza la primera en sus 15 kilómetros de recorrido por el Municipio,
por los términos de Pastoriza, Oseiro, Arteijo, Lañas, Armentón y
Larín. Con bastantes cuestas, el paisaje que recorre este camino es casi
uniforme al descrito. A la salida de Lañas, inmediato a la Fuente
Loureiro, se disfruta de una perpectiva deliciosa, abarcándose todo el
valle que forman Lañas, Armentón, parte de Monteagudo y Barrañán,
teniendo por término la playa del último nombre. Se encuentran en el
trayecto, a orillas de la carretera, las Fuentes de la Choupana
(Pastoriza), Arteijo y Campos (Anide, Larín).
En
Lañas, a la derecha de la carretera a Finisterre, en el lugar de
Hermida, el más importante que se halla desde Arteijo a Laracha, arranca
la carretera provincial a Armentón que, en semicírculo al Oeste,
atraviesa por Anzobre y vuelve a tomar la derecha de la carretera a
Finisterre en Anide, Larín, con un recorrido de cinco kilómetros. Tiene
una pendiente larga, pero inferior a un 5 por 100 en la subida hasta el
dicho lugar de Hermida.
De Arteijo parte a la
derecha un camino vecinal hacia Sorrizo y que tan solo llega a Barrañán,
en cuyo punto se halla sobre el mar y gozándose de un encantador
panorama viéndose a la derecha la entrada de Ferrol y a la izquierda las
islas Sisargas. Sus pendientes no pasan del 8 por 100. Su continuación,
por la playa, pasando por el punto al extremo de la misma, subiendo por
Chamín y Sorrizo hasta el límite de esta última parroquia, es el lugar
de Germaña, en Cayón, Laracha, además de facilitar la comunicación con
dicho puerto, será de utilidad para las parroquias que servirá. Lo
construído son tres kilómetros.
La carretera del
Espiño a Morás, termina a los ocho kilómetros del punto de partida en la
aldea de Uges, después de cruzar por los valles de Elviña y San
Cristóbal das Viñas, dejando, al pasar Lonxas, a la derecha, la iglesia y
el campo donde se celebra la romería tan concurrida por los vecinos de
La Coruña, el domingo siguiente a la festividad de Santiago, subir por
el Birloque para bajar al Martinete y por Mesoiro y Feáns. Abandonado la
el Ayuntamiento de Oza-Coruña entra ya en el de Arteijo, disfrutándose
en su trayecto de perspectivas varias.
Todos los demás caminos son los antiguos, estrechos y de difícil tránsito, especialmente en invierno.
Complemento de las vías de comunicación que precisa esta comarca
para dar fácil y cómoda salida a sus variados productos es la carretera
en trazas de ejecución, llamada de La Coruña (Estación) a los baños de
Arteijo. Parte en las inmediaciones del ferrocarril, va por el valle de
San Cristóbal, casi paralela a la de Morás, dejando al Este la iglesia,
sigue por inmediaciones de Meicende, Furoca, Moucha y el Maceira (todas
de Pastoriza), Galán, Froxel y Seixedo, de Oseiro, donde aprovecha el
puente de la carretera de Finisterre, siguiendo al valle de Arteijo por
el Oeste de Groufa y Campo salvará el arroyo Caldas y se continuará por
sobre el Balneario para terminar en la aldea de Hospital, enlazando con
la carretera de Finisterre.
No tan sólo se
acortarán así distancias sino que se facilitará el tránsito hoy
considerable y que hace se vea animadísima la única vía que puede
decirse existente, un gran número de automóviles y camiones de carrera
que llenan el servicio de transportes de viajeros y mercancías con toda
la parte NO. de la provincia.
El proyectado
ferrocarril Coruña-Carballo-Corcubión daría mallor vida al Municipio,
como se la dará si se lleva a cabo el tendido del tranvía eléctrico de
La Coruña por Arteijo y Carballo.
ALGO DE PASADO
Aun cuando esto de las etimologías por lo que afecta a los nombres
toponímicos, resulta algo sospechoso por irlas a buscar generalmente en
lenguas extrañas, abandonando las aborígenes diremos que nombre de
Arteijo afirman proviene del de "Artabro", lugar cálido o mejor, pueblo
fogoso o del de "Artes", que significa caliente, sin duda por sus aguas
minerales, aun cuando éstas, de no estar olvidadas, cuenten poco más de
un siglo desde su descubrimiento.
La fantasía de nuestro Vicetto atribuye ese nombre a "Artai
",
hijo de Brigo, que estableció allí su "gah" o vivienda, llegando con su
ardiente imaginación hasta darnos los detalles más íntimos del héroe
legendario. De este fabuloso personaje hace descender la tribu de los
"Artaigo", "Artabrigos" o "Artabros", que poblaron este territorio hasta
el Cabo Finisterre, y en una novelesca relación de su "Historia de
Galicia", tomo primero, Ferrol 1865, páginas 25 y siguientes, nos impone
de los celos de "No" y "Céltigo", por causa de la hermosísima
"Noeglia", dando ocasión a que corriera por vez primera sangre de una
misma raza y tuviera lugar la amorosa intervención de la matrona "Celt",
hija de "Artai", para que cesara la lucha entre hermanos. De aquí
arranca el historiador gallego el respeto a las madres gallegas,
respeto, escribe, que perduró a través de los siglos como lo testifica
la lápida encontrada en las cercanías de La Coruña, con la siguiente
inscripción:
T. FRATERNVS
MATRIBVS
GALLAICIS
V.S.L.M.
que quiere decir: Tito Fraterno pagó de buena voluntad su voto a las Madres Gallegas.
Según el ilustre historiador Manuel Murguía, en su "Historia de
Galicia", tomo I, segunda edición, Coruña 1901, página 672, en ese voto
se alude, no como supone Verea y Aguiar, en su también "Historia de
Galicia", tomo primero único publicado, Ferrol 1838, página 22, a todas
las "madres gallegas", sino a las de la tribu de los galaicos, como una
especie de cultos tutelar y no privativo tan solo de nuestra región sino
en uso en otros países como se ve por la lápida dedicada en Francia a
las "madres termagistas" (3).
Más verosimil que las derivaciones anteriores parece ser la proveniente
de la voz euskera "Artz" (oso) máxime estando tan próximo a Oseiro, que
trae esta denominación del "Ursarium" latino empleado en la Edad Media,
en la que todos los nombres toponímicos indígenas fueron reducidos en
los documentos a su mayor semejanza con los del Lacio.
De los tiempos prehistóricos consérvanse aún los Castros de Pastoriza,
con su altar drudico (?), de Arteijo y de Figueiroa, próximos y en la
misma parroquia y el de Lañas, siendo el más importante en nuestro
concepto el de Pastoriza, digno de un detenido estudio.
De la vía romana, que ya dijimos venía por la costa, aún hay restos que
permiten seguir su itinerario, pues por Chamín continúa la calzada que
procedente de Baldayo (Carballo) seguía a Arteijo y luego continuava a
La Coruña, teniendo en términos de Arteijo tan solo los puentes de
Barrañán y Figueiroa.
Las señales de pasados poderíos en más modernos tiempos las tenemos en
los pazos de Anzobre (Armentón), de Oseiro, de Figueroa (Arteijo), y de
Atín (Loureda) y los restos de la torre fortaleza de Suevos.
El actual Municipio de Arteijo formó parte de la primitiva provincia de
La Coruña, la más pequeña de las siete del reino de Galicia, con los
cotos o jurisdicciones de Oseiro, Santa Cecilia (Morás) y Anzobre. Las
feligresías de Arteijo, Pastoriza, Loureda, Lañas y Suevos, pertenecían
al Coto de la Ciudad de La Coruña y las de Chamín y Monteagudo al de
Erbocedo, en Bergantiños.
A los descendientes del famoso Gómez Pérez das Mariñas perteneció el
Señorío de la mayor parte de este territorio y la historia de tan
ilustre familia está ligada íntimamente al mismo. Aparte del
"Nobiliario" de Vasco da Ponte, donde se encuentran exactas y curiosas
noticias y debe verse la documentada obra "Gómez Pérez das Mariñas y su
descendencia", publicada en La Coruña en 1917 por nuestro estimado amigo
César Vaamonde Lores. Por sucesiones y enlaces pasaron las propiedades
de los Pérez das Mariñas a otras casas. Suevos pasó a la familia del
Río; Figueiroa, a la de Navas, y Anzobre, a la de Gimonde, y hoy Puga.
(I).-
Cuenta con 83 aldeas y 414 grupos inferiores y edificios aislados y
10.397 habitantes de derecho y 2.368 viviendas y 424 albergues.
(2).-
En los "Derroteros de Costa" oficiales figuran nombres de playas y
puntas que en el país no distinguen. Tal sucede en esta parte con las de
Vela, Rexidoiro y Cándamo. Esta última nos hace recordar el "Jupiter
Candamius" referente a una localidad asturiana. También "Cándamo" se
llamaba a cierto antiguo baile rústico.